¡No pronuncies su nombre!



¡No pronuncies su nombre!
Y si lo pronuncias, ahógalo en llanto,
y si no lo ahogas, quémalo con una risa de cristal y lluvia.

¡No pronuncies su nombre!
Y si lo dices, danza bajo las estrellas
y si no danzas, sumérgete en el silencio del que camina incansable.


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