La Rosa de los Vientos
Dicen por las calles que las flores conocen el nombre de la Rosa de los Vientos, que en secreto susurran sus letras a las estrellas invernales, y las piedras de mi calle se ensucian bajo las botas del trajeado sin piedad. Todos compramos juguetes nuevos, más brillantes, que diviertan nuestras ansias de lujuria insomne, mientras que el carrusel y sus luces de cristal hacen que el mundo gire a toda velocidad. Y por eso te digo, ten cuidado con la noche envidiosa de las penas del día, ten cuidado de las sábanas de una cama nueva, del aroma de un amanecer bajo las sombras del almendro desflorado. Que todos buscamos de esos besos que saben a tabaco viejo, a fiesta y desenfreno, de esos besos que tanto nos ponen, y hacer nuestras las noches largas, de esas en las que las mamadas siempre acaban en carcajadas. Espero que sepas que son esas palabras que te van a condenar, a caer rendido ante sus pies, a adorarlo como un dios, un perro postrado ante un amo de sonrisa delira